7 malentendidos comunes sobre la psicoterapia

7 malentendidos y hechos sobre la psicoterapia

Los mitos sobre el tratamiento abundan, lo que impide que muchas personas obtengan el apoyo que necesitan. Estamos limpiando a algunos de los criminales más graves.

Mujer hablando con terapeuta
Compartir en PinterestFilippo Bacci / Getty Images

La opinión sobre el tratamiento ha avanzado mucho. Sin embargo, todavía existen muchos mitos sobre cómo funciona el tratamiento y si es realmente útil. El problema con estos malentendidos de larga data es que impiden que las personas obtengan un apoyo que puede cambiar sus vidas.

Aquí hay siete mitos sobre el tratamiento que eventualmente dejará de creer.

1. Malentendido: el tratamiento es solo para problemas muy graves

El tratamiento a menudo se considera el último recurso, por ejemplo, cuando las personas tienen problemas graves, están en una crisis o acaban de sufrir un colapso.

De hecho, el tratamiento puede ayudar a personas con diversas necesidades. Por ejemplo, según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, la psicoterapia puede ayudar:

  • Condiciones comunes de salud mental, como depresión y ansiedad.
  • Manejar los sentimientos de tristeza, por ejemplo, después de perder a un ser querido o enfermarse.
  • Hacer frente a diferentes tipos de trauma
  • Responder a los desafíos de la vida diaria

Además, la psicoterapia puede ayudarlo a construir una vida más plena y significativa de las siguientes maneras:

  • Alcanza metas profesionales y personales.
  • Mejora tus habilidades comunicativas
  • Ten una comprensión más profunda de ti mismo.
  • Aumenta tu autoestima.
  • Cultivar relaciones más estrechas y sólidas
  • Manejar el estrés
  • Desarrollar hábitos saludables

2. Malentendido: pocas personas reciben tratamiento

Este mito aún existe porque no todo el mundo está dispuesto a decirle a los demás que van a recibir tratamiento. Aunque el estigma que rodea al tratamiento está disminuyendo, la sensación de ver a un terapeuta sigue siendo diferente a la de trabajar con un preparador físico, nutricionista, fisioterapeuta o acupunturista.

A menudo, estamos ansiosos por decirles a los demás que hemos contratado profesionales para que nos ayuden a mejorar nuestra salud. Estos empleados recibirán felicitaciones y elogios. Sin embargo, a través del tratamiento, generalmente permanecemos indiferentes o solo confiamos en amigos cercanos o parientes.

A pesar de esto, muchas personas todavía participan en el tratamiento. Según los resultados de una encuesta nacional realizada por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), el 9.5% de los adultos estadounidenses trabajaron con un terapeuta o consultor en 2019.

Este número puede aumentar significativamente debido a la pandemia y la proliferación de una gran cantidad de opciones de tratamiento en línea.

3. Malentendido: todas las terapias son iguales

No es raro que las personas prueben un tratamiento, pero si no satisface sus necesidades, todos los tratamientos se consideran ineficaces. Recibir tratamiento es una gran decisión, por lo que cuando no funciona, puede resultar frustrante. Y es difícil volver a intentarlo.

Pero el problema es: existen muchos tipos diferentes de tratamientos, y puede ser necesario probar y cometer errores para encontrar el mejor método para usted.

Por ejemplo, la Terapia de Conducta Dialéctica (DBT) puede ayudar a las personas que tienen dificultades para lidiar con emociones fuertes y una autoconciencia inestable. La terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en cambiar los pensamientos negativos inútiles que pueden exacerbar su ansiedad o depresión.

Además, el tratamiento es más eficaz cuando trabaja con el terapeuta más adecuado para usted.

4. Malentendido: el tratamiento es solo un enlace de ventilación costoso

El tratamiento generalmente implica bastante conversación, por lo que es fácil entender por qué algunas personas piensan que es indulgente o piensan que es similar a hablar con un amigo.

Sin embargo, a diferencia de los familiares, el terapeuta:

  • Concentrado
  • Especialmente capacitado para escuchar sus dudas y encontrar patrones inútiles
  • No uses lentes sesgados para ver tu situación
  • Apoyarlo en el uso de tecnología basada en la ciencia para realizar cambios saludables.

Según la Asociación Estadounidense de Psicología, también se ha demostrado que la psicoterapia ayuda a aproximadamente las tres cuartas partes de quienes la prueban. Más importante aún, señalaron que alrededor del 80% de las personas que han probado algún tipo de psicoterapia se sienten mejor después del tratamiento que aquellas que nunca han participado en el tratamiento.

5. Malentendido: si recibo tratamiento, la gente me despreciará

Algunas personas pueden evitar probar el tratamiento porque les preocupa lo que otros piensen de ellas. Es natural preocuparse por lo que los demás piensan de nosotros, pero no siempre es útil.

Puede ser reconfortante saber que la mayoría de la gente apoyará esto. Por ejemplo, algunos estudios han encontrado que los estudiantes no creen que alguien esté participando en el tratamiento.

Además, recuerde que no está obligado a decirle a nadie que está viendo a un terapeuta. Si alguien se da cuenta y tiene una reacción negativa, recuerde que su reacción se trata de su propia incomodidad, no de su decisión. Después de todo, este es el tratamiento: su decisión.

6. Malentendido: el tratamiento no es confidencial

A algunas personas les preocupa que su proceso de tratamiento no se mantenga confidencial. Ésta es una pregunta importante porque el tratamiento funciona mejor cuando se abre al terapeuta y comparte sus pensamientos y sentimientos internos.

Sin embargo, debido a la ética, todos los terapeutas deben mantener la confidencialidad de su información. Esto es parte de lo que hace que el tratamiento sea una herramienta eficaz para el cambio y la curación.

Hay pocas excepciones a esta regla. Por ejemplo, si alguien está considerando hacerse daño a sí mismo oa otros, el terapeuta puede contactar a las autoridades.

7. Malentendido: siempre debo recibir tratamiento

Una vez que comienza el tratamiento, las personas pueden pensar que es necesario continuar con el tratamiento durante varios años o incluso décadas. Esto puede ser particularmente perturbador si le preocupan los costos.

La buena noticia es que el tratamiento no tiene que durar toda la vida o incluso años; por supuesto, si lo encuentra útil, ciertamente puede hacerlo.

En términos generales, el tipo y la duración del tratamiento varían en función de diferentes factores, como sus necesidades y condiciones subyacentes.

Según datos de la Asociación Estadounidense de Psicología, aproximadamente la mitad de las personas que reciben tratamiento mejorarán después de 15 a 20 tratamientos.

Usted y su terapeuta decidirán cuándo interrumpir el tratamiento juntos. En cualquier caso, el objetivo del tratamiento es ayudarlo a mejorar, no participar en una determinada cantidad de tratamientos.

Próximo paso

Hay muchos mitos sobre el tratamiento, desde «este es el último recurso» hasta «no mucha gente va» a «ni siquiera funciona». Estos malentendidos pueden evitar que las personas busquen o retrasen la búsqueda de apoyo profesional del que puedan beneficiarse.

La realidad es que el tratamiento puede ser muy útil para cualquier persona, ya sea que se sienta ansioso, desee fortalecer su matrimonio o esté ansioso por aceptarse a sí mismo.

Decidir trabajar con un terapeuta no solo es una inversión en su salud mental, sino también una inversión en su salud en general.

Para ayudarlo a encontrar un terapeuta, puede comenzar a utilizar estas sencillas herramientas desde aquí.

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