Cómo el estrés afecta a los niños y cómo manejarlo
Como adultos, todos estamos bajo presión en algún momento, pero ¿qué pasa con sus hijos?
La ciencia dice que sí.
Según datos de la Asociación Estadounidense de Psicología, alrededor del 20% de los niños están muy preocupados. Desafortunadamente, los padres subestimaron enormemente las emociones de los niños. Solo el 3% de los padres creía que el estrés de sus hijos era extremo. Aunque el 33% de los niños experimentaron dolores de cabeza en el mes anterior al estudio, solo el 13% de los padres creía que estos dolores de cabeza estaban relacionados con el estrés.
Así es como puede ayudar a su hijo a controlar el estrés.
Cómo el estrés afecta a los niños
Los niños pueden experimentar diferentes presiones de sus padres, como preocuparse por cómo se comportan en la escuela, su relación con sus hermanos y compañeros y la situación financiera de su familia, pero aún sienten emociones. Los problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el estrés pueden afectar negativamente el desarrollo a largo plazo de un niño, especialmente porque su cerebro aún se está desarrollando. El estrés puede afectar los procesos biológicos y causar daños al cerebro y al cuerpo.
El estrés es la respuesta natural de su cuerpo a entornos hostiles o desfavorables. Biológicamente hablando, está diseñado para ayudarnos a lidiar con situaciones de vida o muerte. Esta respuesta de lucha o huida puede provocar cambios hormonales, incluida la liberación de cortisol y epinefrina, para aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. El estrés es beneficioso a corto plazo, pero cuando la respuesta al estrés está siempre activa, puede causar problemas. Las personas pueden comenzar a sufrir enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes, sin mencionar problemas mentales como depresión, miedo, necesidades e incapacidad para aprender nuevos comportamientos. La activación a largo plazo de esta respuesta al estrés se denomina “estrés tóxico”.
Cómo ayudar a su hijo a controlar el estrés
Los adultos tienen sus propias habilidades para el manejo del estrés, pero su hijo no ha desarrollado estos hábitos y no ha descubierto actividades que puedan ayudarlos a aliviar sus preocupaciones. Comuníquese con ellos y ponga su salud y desarrollo en el camino correcto. Los siguientes consejos le ayudarán a empezar.
Habla con tu hijo
El primer paso para ayudar a su hijo es comprender qué le molesta y qué le hace sentirse estresado. De esta manera puede combatir la presión de la fuente. Por ejemplo, aunque el 30% de los niños se preocupan por las dificultades económicas familiares, solo el 18% de los padres cree que esta es la fuente del estrés de sus hijos. Si descubre que están preocupados por el dinero, puede hablar con ellos sobre su situación financiera. Incluso puede ayudarlos a configurar sus cuentas bancarias y presupuestos para que se sientan más en control. Más importante aún, hablar con su hijo le demuestra que puede abordar sus preocupaciones con usted para que no tenga que enfrentarlo solo.
Juega con tus hijos
Hoy en día, los niños tienen cada vez menos tiempo para jugar. Según los informes de Forbes, cada vez más escuelas están reduciendo o reduciendo el tiempo de descanso por completo para tener más tiempo para enseñar en el aula. Junto con el tiempo que pasan mirando la pantalla, muchos niños no participan en actividades deportivas durante un día.
El problema es que el tiempo de juego, especialmente el juego físico, es muy importante para el desarrollo de un niño. La falta de ejercicio no solo conduce a tasas más altas de obesidad y otras condiciones de salud, sino que también afecta la capacidad cognitiva, la concentración, la capacidad para resolver problemas y el rendimiento académico en general.
Esto está relacionado con uno de los mayores factores estresantes de su hijo: la tarea y las calificaciones. Si no pueden concentrarse en clase, solo aumentará su estrés. Jugar al aire libre puede aportar innumerables beneficios directos e indirectos al estrés de los niños. El ejercicio alivia el estrés de forma natural al liberar hormonas para sentirse bien llamadas endorfinas. Además, los niños que hacen más ejercicio tienden a comer mejor, lo que también puede tener un impacto biológico sobre el estrés. El tiempo de juego al aire libre los libera del estrés y mejora la eficiencia del trabajo cuando reanudan sus tareas.
Entonces, ¿cuál es la clave? Sal a jugar con tus hijos. ve al parque. Practicar senderismo. Juega fútbol doble en el patio trasero o frisbee en el parque. Como beneficio adicional, fortalecerá su relación con ellos, lo que reducirá aún más su estrés.
Deje que su hijo tome lecciones de música
Otra actividad para reducir el estrés que trae muchos beneficios es lograr que su hijo participe en lecciones de música. La música está estrechamente relacionada con nuestras emociones. En un estudio de 2013, los investigadores encontraron que la música afecta el sistema del estrés y puede recuperarse del estrés más rápidamente. Tocar y crear música es como una droga que puede ayudar a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, reduciendo así el estrés, la depresión y la ansiedad.
No solo eso, sino que aprender música desde una edad temprana también puede traer increíbles beneficios en el campo académico. Por ejemplo, la música les enseña a los niños a escuchar ciertos sonidos, lo que puede ayudarlos a hablar, a hablar y a leer. Por lo tanto, permitir que sus hijos participen en las lecciones de música no solo es beneficioso para sus niveles de estrés, sino que también promueve el desarrollo general.
Puede utilizar este concepto en muchos aspectos de su vida, incluso fuera del aula. Toque música mientras limpia o ayuda con la tarea, únase a un musical comunitario o únase a un concierto con su hijo.
Fomentar el sueño
Hoy en día, cada vez menos niños duermen lo suficiente. Parte de la razón de esta tendencia es el aumento del tiempo frente a la pantalla. El 40% de los niños tiene un televisor o iPad en el dormitorio y el 57% no tiene una hora fija para acostarse. Esto hace que el 60% de los niños no duerma lo suficiente. ¿problema? Los estudios han demostrado que esto puede tener un gran impacto en su irritabilidad y estrés.
El “sueño adecuado” depende de la edad de su hijo. Los niños pequeños necesitan alrededor de 11 a 14 horas de sueño al día, los niños en edad preescolar necesitan de 10 a 13 horas y los niños en edad escolar necesitan de 9 a 11 horas de sueño al día. Su adolescente debe dormir al menos de 8 a 10 horas cada noche. Asegúrese de que su hijo tenga una hora programada para acostarse y comprenda la importancia del sueño.
Los niños no son inmunes al estrés, pero hay pasos que puede tomar para ayudarlos a lidiar con el estrés. Pruebe estas sencillas técnicas para eliminar las preocupaciones de toda su familia. Cuando su hijo se siente abrumado, ¿hay otras actividades adecuadas para él? ¡Haznos saber!
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