6 mitos sobre el estrés

6 mitos sobre el estrés

El estrés es parte de nuestras vidas y no hay forma de evitarlo. Pero aunque todos vivimos con eso, muchos de nosotros malinterpretamos algunos conceptos básicos sobre el estrés y su papel en nuestras vidas. ¿Porque es esto importante?

Numerosos estudios han demostrado que el estrés puede exacerbar dolencias físicas muy reales, desde enfermedades cardíacas hasta la enfermedad de Alzheimer. Reducir el estrés no solo puede ayudarlo a sentirse mejor, sino también a llevar una vida más larga y libre de enfermedades.

Veamos algunos conceptos erróneos comunes sobre el estrés.

Mito #1: El estrés es el mismo para todos.

El estrés es diferente para todos, y no todos experimentan el estrés de la misma manera. Cada uno de nosotros tiene diferentes presiones. Lo que es estresante para una persona puede o no serlo para otra; cada uno de nosotros lidia con el estrés de una manera completamente diferente.

Por ejemplo, algunas personas pueden estar estresadas al pagar sus facturas mensuales cada mes, mientras que para otras, tales tareas no son estresantes en absoluto. Algunas personas están estresadas por la alta presión en el trabajo, mientras que otras pueden prosperar.

Mito #2: El estrés siempre es malo para ti.

Según este punto de vista, el estrés cero nos hace felices y saludables. Pero esto está mal: el estrés es como la tensión de una cuerda de violín: demasiado poco y la música es aburrida y áspera; demasiado y la música es áspera o las cuerdas se rompen.

El estrés en sí no es malo (especialmente en pequeñas cantidades). Entonces, si bien el estrés puede ser el beso de la muerte o el condimento de la vida, la clave es comprender la mejor manera de manejarlo. Manejar el estrés nos hace productivos y felices, mientras que una mala gestión puede hacernos daño y hacer que fracasemos o nos estresemos más.

Mito n.º 3: el estrés está en todas partes, así que no hay nada que puedas hacer al respecto.

También lo es la posibilidad de un accidente automovilístico cada vez que nos subimos al automóvil, pero no permitimos que eso nos impida conducir.

Puedes planificar tu vida para que el estrés no te abrume. La planificación efectiva implica establecer prioridades, resolver problemas simples primero, resolverlos y luego resolver dificultades más complejas.

Cuando el estrés se maneja mal, puede ser difícil establecer prioridades. Todos sus problemas parecen ser iguales y el estrés parece estar en todas partes.

Mito #4: Las técnicas más populares para aliviar el estrés son las mejores.

No existen técnicas universalmente efectivas para aliviar el estrés (¡aunque muchos artículos de revistas y artículos de psicología popular afirman conocerlos!).

Todos somos diferentes: nuestras vidas son diferentes, nuestras situaciones son diferentes y nuestras reacciones son diferentes. Un programa integral de manejo del estrés adaptado al individuo funciona mejor. Pero los libros de autoayuda que pueden enseñarle muchas técnicas exitosas de manejo del estrés también pueden ser de gran ayuda, siempre y cuando siga un plan y practique estas técnicas todos los días.

Mito 5: Sin síntomas, sin estrés.

Sin síntomas no significa que no haya estrés. De hecho, enmascarar los síntomas con medicamentos puede privarlo de las señales que necesita para reducir el estrés en su sistema físico y mental.

Aunque el estrés es un efecto psicológico, muchos de nosotros experimentamos los síntomas del estrés de manera muy física. Sentirse ansioso, sin aliento o simplemente sentirse cansado todo el tiempo pueden ser signos de estrés. Sentirse abrumado, desorganizado y tener problemas para concentrarse son signos psicológicos comunes de estrés.

Mito #6: Solo los síntomas principales del estrés necesitan atención.

Este mito asume que los síntomas “menores” como los dolores de cabeza o el ácido estomacal pueden ignorarse con seguridad. Los síntomas leves de estrés son advertencias tempranas de que su vida está fuera de control y que necesita manejar mejor su estrés.

Si espera hasta que comience a sentir los síntomas “principales” del estrés (como un ataque al corazón), puede que sea demasiado tarde. Es mejor escuchar estas señales de advertencia cuanto antes. El costo (en tiempo y dinero) de hacer cambios en el estilo de vida (como hacer más ejercicio) para lidiar con estas señales de alerta temprana será mucho menor que el costo de lidiar con los efectos de no escucharlas.

Este artículo se basa en un artículo similar proporcionado por la Asociación Estadounidense de Psicología. Usado con permiso.

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